sábado, 15 de octubre de 2016

La izquierda necesaria, ¿axioma o teorema?






Estamos repitiendo hasta la extenuación que la izquierda es necesaria. Me permito, no obstante, una ampliación: las izquierdas son necesarias. Esta necesidad se viene repitiendo desde los tiempos de antañazo. Al menos de cuando se dejó sentado otro constructo con aires de dogma: «obrero naturaliter socialista». Que fue, incluso en aquellas fechas, no sólo exagerado sino completamente gratuito. Es más, que la izquierda sea «necesaria» choca abruptamente con su empeño en demostrar, en los hecho, que no lo es. O, lo que es lo mismo, las izquierdas parecen empeñadas en evidenciar  en la práctica su escasa capacidad para ser necesarias.

Un servidor (y quienes hablamos de esa manera, esto es, la necesidad de la izquierda) tenemos la tendencia a considerar que ello es un axioma, a saber, lo que no necesita demostración. Cuando en realidad –dicho metafóricamente--  es un teorema. Un teorema, por definición, debe demostrarse. Y, ¿quién debe hacerlo? Aquellos agentes políticos que se proclaman como tales, de izquierdas. Porque un concepto auto referencial no demuestra nada. Solamente es un deseo, que de manera frecuente, no se molesta en resolver las aspiraciones, nuevas y viejas, de los necesitados de tutela y protección. 





Se trata de una izquierda que no acostumbra a auto verificar si su práctica es útil. En suma, que no demuestra que es un agente necesario. Que sólo está empeñada en publicitar que es necesaria.  Más todavía, que está lejos de aplicarse al viejo apotegma: «obras son amores y no buenas razones».  

Comoquiera que tales publicistas no me demuestran que son necesarios me pongo a cavilar. Y ya que creo en esa necesidad, me esfuerzo en que mis reflexiones partan de estos pilares: 1) que las izquierdas dispongan de un proyecto de transformación del  trabajo y en el trabajo;  2) la remoción de todos los mecanismos que provocan las desigualdades sociales; 3) la más alta participación activa e inteligente de las personas; 4) la relación virtuosa entre la ética de los medios y la ética de los fines.

Este es el esquema central. Me propongo rellenarlo cuando disponga del tiempo necesario para ello. Ahora, me dedico a darle la segunda mano de pintura al libro que me publicará Plataforma Editorial. En dicho ensayo intentaré demostrar qué entiendo por sindicalismo útil, eficaz y, por tanto, necesario. Es obvio que estoy haciendo propaganda o, según se mire, publicidad. Porque si no me la hago está por ver que alguien me eche un capote.  




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