Por lo que se ve no hay manera de superar las dos antiguallas que obliteran el desarrollo en nuestro país y, ahora más concretamente, la salida de la crisis económica en aquellos aspectos que se refieren a España. De un lado, el modelo de crecimiento y, de otra parte, el marco de las relaciones laborales. El primero: la insensata postura de no abordar la cuestión tecnológica; el segundo: el mantenimiento de un modelo arcaico que, a mi juicio, entró en crisis definitiva hace ya algunos años. Ambos tapones se acompañan desprejuiciadamente en el chambao económico español. Pues bien, ¿no quieres sopa? Ahí van tres tazones: el Ministerio de Ciencia deja de gastar un tercio del presupuesto para I + D; sólo el 1,26 por ciento de la innovación que cataloga la Unión Europea es española; y el empleo científico bajará un 6,2 por ciento. Por otra parte, ninguna de las putativas reformas estructurales pendientes contempla la tecnológica. En resumidas cuentas, un fantasma recorre el modelo productivo español: la farfolla.
Admirado Jose Luis, comprendo que en su granadina finura utilice estos eufemismos, pero yo no llamaría así, "farfolla" a las prácticas que denuncia. Lo que sucede es que tampoco encuentro la palabra correcta para definir esos comportamientos. ¿obstinación en reconocer lo evidente? ¿Negligencia incomprensible en la gestión de las inversiones cientificas? ¿GEstión incompetente de un presupuesto insuficiente?
ResponderEliminarEn todo caso, gracias por proponer este tema en su blog.